EDITORIAL DE BODA EN LA HACIENDA CAMPO Y OLIVO

El 30 de Marzo nos propusimos hacer una EDITORIAL DE BODA EN LA HACIENDA CAMPO Y OLIVO. La verdad es que resultó muy fácil la organización gracias a Alba de Chantale Primrose.

El concepto que se quería transmitir es el de una boda entre chicas, muy gipsy, muy fresca, rural y campestre.

Se busca un tipo de boda que mezcle delicadeza y ligereza a la vez que el relax que ofrece una finca en mitad del campo, por lo que un tipo de ambiente boho chic es muy acorde al tipo de boda que se quiere realizar donde el objetivo es la diversión, la informalidad a la vez que la elegancia.

Muy rápido decidimos que la Hacienda Campo y Olivo era la indicada, ya que la habíamos visitado en una ocasión anterior, para el tipo de sesión que queríamos realizar y que los vestidos de novia de Otaduy eran nuestros perfectos aliados para la ocasión.

Así que nos pusimos manos a la obra para encontrar a nuestros perfectos colaboradores, que fueron:

Vestidos de novia: Otaduy

Zapatos de novia: Jorge Larrañaga

Complementos: ACUS

Bolsos de Fiesta: Olvido Madrid

Pamelas: Masario

Tiaras y tocados: India tiaras y tocados

MUAH: Sandra Del Moral y Natalia Barchin

Ramos de novia: Mercedes Caro Arte Floral

Finca: Hacienda Campo y Olivo

Modelos: Pilar Donaire y Marina Almohalla

Papelería catering: Invitarte

Catering: Your Way Bodas y Eventos

Organizadora shooting:Chantale Primrose

Y todo estaba resultando tan fácil que Alba y yo nos decíamos el uno al otro: «Oye debemos ser buenos organizando porque mira que fácil está saliendo, no?«. Todo esto con cara de ilusión y extrañeza a la vez.

Habíamos preparado una escaleta, con los tiempos, perfecta, organizado todos los momentos y poses para cada una de las mini sesiones, pero cómo en una boda real, debían pasar cosas.

Como íbamos en diferentes coches y a diferentes horas, pues nos pillamos varios atascos y el GPS nos perdió llevándonos a Chinchón…pero estas cosas pasan en las mejores familias, ¿verdad?

Así que empezamos casi una hora tarde la editorial y como en cualquier boda, pues al final todo es espontáneo, natural y no se puede preparar…y yo ya me sentía en mi salsa, ya sabéis que me encanta lo espontáneo y el caos y ahí es donde mejor me muevo.

A la vez que Sandra y Natalia maquillaban y peinaban, Pilar, Alba y yo montábamos pequeños bodegones para fotografiar los detalles.

Mientras preparábamos los detalles, iba haciendo fotografías a la vez de las mesas en el salón…y todo esto mezclando fotografía con video.

Pero los mejores momentos vinieron cuando tocaba grabar unas palmas para el video que estábamos preparando. En el briefing, dejamos preparada una canción que llevaba una secuencia de 7 palmadas juntas. Quizás sea mi formación como músico durante 20 años que me hacía verlo muy fácil. Pues os aseguro que conseguir 7 palmadas al ritmo de la canción fue una hazaña digna de contar en los libros de historia.