De todas las bodas se aprende algo nuevo. También de las personas que forman dicha boda y de las vidas de los que vas a fotografiar. En esta boda en Fuentearcos, de Susana, de Adrián y de sus familias aprendí de nuevo muchísimo.
Creo que si hay una palabra que defina perfectamente lo que allí se vivió es DEVOCIÓN. Según la R.A.E:
«Sentimiento de profundo respeto y admiración inspirado por la dignidad, la virtud o los méritos de una persona, una institución, una causa»
Devoción es lo que siente Susana por Adrián y Adrián por Susana. Devoción es lo que Susana expresa a cada uno de sus familiares y amigos e incluso conmigo. Si supieras que lo mejor que me llevo de esta boda es la mirada tan noble, sincera y de cariño que me diste al final de tu boda…
Devoción es la que sienten entre sí ambas familias por sus miembros. La devoción lo inundaba todo.
¿Qué me han enseñado estas dos familias?¿Para qué tengo que dar las gracias? Os tengo que dar las gracias por enseñarme a mirar con más cariño. A mirar a la persona que tenga en frente con más empatía. A poner más sentimiento aún si cabe en cada fotografía que realice y que en las fotos que os voy a entregar sintáis que cada una de ellas significa algo para vosotros.
Espero que os gusten las fotografías y que estéis ilusionados, y lo que más espero de todo es que me recordéis como aquella persona que estuvo en vuestra boda mirando como podía sacar imágenes que incluyeran tanto amor en un mismo momento.
