Si tuviera que definir con una sola palabra la boda en el Cortijo de Artaza de Laura y Bruno sería QUÍMICA.
Escribo de modo egoísta porque siempre siempre siempre, de todas las bodas aprendo cosas muy importantes para mi, para mi vida y para mi forma de trabajar , pero que luego repercuten cada vez más en las parejas que confían en mi. Que he aprendido esta vez?
He aprendido a saber que siempre hay un pequeño grupo que es tu núcleo de vida. He aprendido que la organización y la improvisación van de la mano y que maridan muy bien. He aprendido que los protocolos valen un ratito y luego se pueden romper y no pasa nada.
He aprendido a mirar con deseo y esperanza de que las cosas me vayan bien en la vida. He aprendido que existen amigos que hacen lo que sea por ti.
He aprendido a esperar si es que lo que voy a hacer es lo que realmente quiero. He aprendido que en el descontrol hay mucha energía positiva, mucha flexibilidad y mucha tranquilidad. He aprendido que en los pequeños detalles consigues rozar la perfección y que las limitaciones sólo hacen que mejores más y más. 
Siento ser muy egoísta escribiendo estas líneas pero todo esto lo he aprendido de Laura, de Bruno y de todos sus invitados. Pero también soy muy agradecido y por eso os doy las gracias millones de veces como Laura me las está dando a mi.
Gracias por confiar en nuestra forma de hacer las cosas que es intentando daros la libertad que necesitáis en vuestra boda. Gracias por el buen rollo y la química que desprendéis.
Y como soy muy egoísta y se que las damas de honor estáis leyendo, os espero en vuestras bodas 🤪